Nicolás Alvarado y el código de ética de la UNAM

No vale la pena entrar en los detalles de la opinión homofóbica del director de TV UNAM publicada ayer en el periódico Milenio, salvo la frase que indignó en redes sociales: “Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada”. Y así le fue a Alvarado, a quien le dedicaron miles de mensajes en el mismo tono clasista y homofóbico; al señalarle su delicada manera de hablar y su desafortunada manera de vestirse.

Quizá desde la muerte de María Félix, México no lamentaba tanto la muerte de un ídolo nacional. Con su texto, Alvarado no sólo profanó el duelo de la “nacada”, también ofendió al gremio de autores y músicos. Y principalmente, Nicolás Alvarado ofende a la UNAM al violentar su Código de Ética Universitaria, cuyos lineamientos fueron aprobados en sesión ordinaria del Consejo Universitario en julio de 2015 y se anunció como el “eje rector” de la vida universitaria (Gaceta Unam, 30 de julio 2015 pp 27-29 http://goo.gl/hg5V5N).

La opinión de Alvarado revivió una petición en Change.org, iniciada hace seis meses, donde piden al rector Enrique Graue la destitución de Alvarado de TV UNAM por su falta de experiencia en televisión pública y por no contar con ningún vínculo con la universidad. La petición tuvo un pico de 10 mil firmas y ayer se sumaron 5 mil más. El asunto está en manos del abogado general de la UNAM, quien está facultado para interpretar y aplicar el Código de Ética universitario.

Una de las primeras voces universitarias que condenaron los dichos de Alvarado fue el ex rector José Narro Robles, quien desde la reunión plenaria de senadores del PRI pidió tolerancia y respeto ante la diversidad de los mexicanos. A diferencia de sus tiempos como rector, donde el pasmo era cosa de todos los días, esta vez Narro se adelantó y ganó al rector Graue para expresar una postura a la altura de nuestra máxima casa de estudios, esta vez como universitario.

A nivel personal, Nicolás Alvarado puede pensar lo que le venga en gana, como todos. Pero como funcionario público debe atender de manera urgente su diarrea intelectual. Las autoridades universitarias deben expresar una postura oficial respecto a los dichos del director de TV UNAM y, en su caso, aplicar el Código de Ética en contra del ex conductor de Televisa. …Hasta que te conocí, Nicolás.